Christopher usa el Metro todos los días para trasladarse a Ciudad Universitaria; desde hace años hace uso de la estación Coyoacán del SCT para llegar a su destino: el Metro Universidad. El viernes 29 de junio, abordó el tercer vagón del convoy. No había señalamiento alguno que dijera que ese vagón era exclusivo para mujeres, tampoco la barrera de contención ni la mariposa que se usan para la polémica separación que se ha implementado para disminuir los acosos sexuales a mujeres en el metro, como parte del programa Viajemos Seguras.
Este es el texto que Christopher publicó a través de sus redes sociales después de ser llevado frente al Juez Cívico y después de que, determinada su inocencia, buscara la reparación del daño:
“No había caído en cuenta cuánto daño le ha hecho el radicalismo feminista a la convivencia social (al menos no de manera tan contundente), hasta que el viernes pasado fui detenido por abordar el tercer vagón del metro. Quisiera hacerle una pregunta a las feministas: ¿Considerarán que la problemática está resuelta si todo en la sociedad está repartido por géneros? No tengo dudas de que esta ideología contemporánea del feminismo radical no hace sino promover de facto un apartheid en pleno siglo XXI, y fomentar la división social sin aportar nada al establecimiento de una cultura civilizada de la convivencia y el respeto del derecho a la diferencia.
- Ayer fui detenido por tres oficiales de policía, como si me tratara de un delincuente de considerable peligrosidad.
- Los policías mencionaron en varias ocasiones, en voz alta, el motivo por el que me detuvieron, por lo que varias pasajeras y algunos pasajeros me encararon, insultaron y grabaron durante el trayecto que va de la estación Coyoacán a Guerrero, los policías lo permitieron. Cuando intenté defenderme los policías me callaron, hecho que las pasajeras festejaron de la peor forma. Fui humillado con el amparo de la autoridad.
- Antes de que le expusiera a la juez civil mis argumentos, me expresó con claridad que la política de segregación del metro es ridícula y que ha causado infinidad de problemas (minutos antes, el médico legista que me auscultó me había comentado lo mismo).
- La juez, después de estudiar la Ley de cultura cívica del DF (los policías me referían el artículo 27 como el que había violado), determinó que no hubo falta alguna ya que el tercer vagón NO es exclusivo para mujeres, por tanto, mi detención había sido completamente arbitraria.
- Acudí a la Fiscalía para servidores públicos de la PGJDF a levantar una denuncia. Los dos funcionarios que me atendieron se negaron, y cuándo les pregunté por la normativa legal en la que se apoyaban, se quitaron sus gafetes, y volvieron a negarse a hacer su trabajo para finalmente remitirme al Tribunal de lo contencioso administrativo del DF (que solamente trabaja de 9 a 3pm, obvio) y me indicaron que tenía que llevar mi número de expediente.
- Regresé al juzgado a solicitar el número de mi expediente y tres policías me cerraron el paso impidiendo que tuviera acceso a la juez (ella ni cuenta se dio); negaron que existiera la información y me dijeron que 'buscara en Internet'. Obvio, ni me escucharon cuando intenté explicarles qué necesitaba y con qué propósito.
- Acudí a la Comisión de derechos humanos del DF y, tras esperar horas, me indicaron que ‘los licenciados estaban en junta, que no me podían atender’. Fui victimizado cinco ocasiones en 12 horas”.
Consideraciones adicionales: sobre la búsqueda de culpable y la opinión pública
Para Christopher, el sentimiento de indefensión de las mujeres es legítimo y basado en hechos, aunque lamentablemente está mal dirigido:
“En la problemática que enfrentan las mujeres hay una sensación de desamparo (que en mi opinión corresponde con la realidad) y una necesidad real y urgente de justicia, frente a ello, cualquier persona es susceptible de ser culpable, en ese sentido la sociedad (yo formo parte de ella) también construye culpables, chivos expiatorios... lo hace de la misma forma en la que un gobierno lo haría... la diferencia es que los culpables construidos por la sociedad son políticamente correctos, digamos, y son prontamente juzgados y sentenciados por la llamada opinión pública”.
http://www.chilango.com/general/nota/2016/05/04/me-arrestaron-por-viajar-en-el-vagon-de-mujeres
Arrestado por ser hombre
Cómo saber si estás desconectado
1a prueba
1.- ¿Qué opinas de Casey Haynes, el famoso héroe antibullying que hace unos meses se desquitó de su agresor?
2.- ¿Qué opinas del chofer gringo que hace ya unos años, respondió a su agresora?
2a. prueba
1.- ¿Qué opinas de esta fotografía?
2.- ¿Qué opinas de esta otra?
MORPHEUS: Tank, carga la prueba del salto.Tienes que olvidarlo todo, Neo. El miedo, la duda, la incredulidad. Libera tu mente.NEO: Muy bien, no hay problema. Liberaré mi mente.MICE: ¡Neo va a saltar!... ¿Y si lo consigue?TANK: Nadie lo ha logrado en su primer salto.-Lo se, pero... ¿y si lo consigue?APOC: Imposible.TRINITY: ¡Vamos...!NEO: Perfecto. Puedo lograrlo. Liberar mi mente. Liberar mi mente. Lo conseguiré, estoy seguro. ¡Uoh!
MICE: ¿Qué... por qué? ¿Qué significa eso?TANK: No significa nada.CIPHER: Todo mundo cae la primera vez, ¿cierto, Trinity?NEO: Pensé que no era real.MORPHEUS: Tu mente hace que lo sea.
THE MATRIX
Navidad en la trinchera
Reportaje publicado en el diario británico Daily Mail el 17 de octubre de 1914
La vida en las trincheras británicas
Nuestros hombres se han acomodado bastante bien en las trincheras, en las numerosas cuevas excavadas en las laderas de las colinas y en las pintorescas villas cuyas empinadas calles y rojos techos de teja ascienden por las pendientes y se asoman entre el verde y el bermejo de los bosques. En la línea de fuego, los hombres duermen y obtienen refugio en los agujeros que han cavado o "demarcado" a los costados de la trinchera. Estos refugios quedan un poco arriba del fondo de la trinchera, con el fin de que permanezcan secos en los climas húmedos. El suelo de las trincheras también es inclinado para propósitos de drenaje. Algunas trincheras cuentas con techo; estos, desde luego, brindan protección contra el clima, así como contra metralla y astilla de proyectiles.
Se ha ejercido una considerable ingenuidad al nombrar los refugios. Entre otros favoritos se encuentran "Hotel Cecil", "El Ritz", "Hotel Billet-doux", "Hotel rue Dormir", etcétera. También en las barricadas de los caminos pueden encontrarse pizarras que anuncian la noticia: "Por aquí hacia los prusianos".
Abundan los obstáculos de todo tipo; por las noches, cada bando puede escuchar al enemigo traer estacas para formar barreras, cavar bocas de lobo o crear barricadas de avanzada con sus zapadores. En algunos sitios, los obstáculos construídos por ambos bandos están tan cerca unos de otros que algún bromista ha sugerido que cada ejército aporte trabajadores para realizar esa fatigante labor de manera alternativa, dado que su trabajo ahora es casi imposible de distinguir y sirve para el mismo propósito.
Las cuevas y excavaciones a las cuales ya se ha hecho referencia proporcionan amplio albergue para batallones enteros; más cómodos son aún los refugios que se han construido en estas. Las pendientes septentrionales del valle Aisne son, por fortuna, bastante escarpadas y ello, en gran medida, nos protege de los proyectiles enemigos, muchos de los cuales pasan sin causar daño sobre nuestras cabezas para explotar en los prados de abajo, a lo largo del banco del río. Las trincheras de comunicación, sujetas por todos los puntos al fuego de los explosivos, proveen acceso a la línea de fuego desde atrás. Éstas son ahora tan eficientes que es posible cruzar a salvo la zona de alcance del fuego hasta las trincheras avanzadas desde los alojamientos en las villas, los campamentos en las cuevas o los demás sitios donde se localicen los centros de operaciones.
Para aquellos que están en casa, la vida que llevan nuestros hombres y los habitantes de esta zona pueden parecerles muy extraña. Durante todo el día, y con frecuencia también durante la noche, el ruido de las armas y los estallidos de los proyectiles por encima continúan. En ocasiones, en especial a mediodía y después del ocaso, el bombardeo amaina; en otros, se convierte en un rugido incesante, en el cual los registros de distintos tipos de armas se funden en un sonido de gran volumen.
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En el libro Crónicas de guerra, que por casualidad cayó en mis manos, leo que la víspera de Navidad de ese mismo año de 1914, los soldados británicos notaron que aparecían luces navideñas en las trincheras alemanas y a la mañana siguiente escucharon gritos de "Feliz Navidad" en inglés. Los británicos respondieron con buenos deseos similares en alemán, lo cual dio origen a un armisticio informal. Poco a poco, ambos bandos emergieron de las trincheras y se reunieron en la tierra de nadie para intercambiar felicitaciones y obsequios. El cese al fuego también dio a ambos bandos la oportunidad de recoger y sepultar a sus camaradas caídos. Fue, sin embargo, un respiro breve, ya que la lucha continuaría durante cuatro años más.
Si, como ya hemos comentado, la guerra es el masculinicidio por antonomasia, ¿existirá algo más traumático que ser enviado a un frente de batalla y permanecer allí, con el pleno conocimiento de que probablemente no saldrás con vida? Difícilmente. Vivir en una situación de estré excesivo permanente es psicológicamente imposible, algo que el cerebro humano solo puede tolerar hasta ciertos límites. Cuando estos se ven superados, a la mente no le queda otra alternativa que activar los mecanismos de "disociación cognitiva", la negación de los factores causantes del estrés o bien, una respuesta anormal a ellos. Un poco lo que experimentaron los soldados de aquella navidad de 1914 ("no pasa nada", "todo va estar bien", "no vamos a morir"). De otra manera el miedo permanente los hubiera vuelto locos. Aún así, muchos soldados resultan con estrés postraumático, cambios profundos en el estado emocional, como alteraciones del sueño, sobresaltos, falta de apetito, flashbacks, entre otros, por no hablar ya de mutilaciones o lesiones graves.
Perlas
Women have always been the primary victims of war. Women lose their husbands, their fathers, their sons in combat.
(Las mujeres siempre han sido las principales víctimas de la guerra. Ellas son las que pierden a sus esposos, sus padres, sus hijos en el frente).
Hillary Clinton, Secretaria de Estado de los Estados Unidos
¿Qué tal? Para Hillary Clinton, los hombres muertos en el frente de guerra no son las víctimas primarias. Tan solo son "efectos colaterales".