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El hombre: forjador de civilizaciones

No sabía cuál de estos dos videos serviría mejor para ilustrar esta nota. Decidí dejar los dos.





Tal como leemos en el sitio de El Círculo Masculino, y como bien lo apunta el lector Benjamín Bernal en el manifiesto de este blog, el hombre ha sido el gran benefactor del siglo XX (y si me apuran, de toda la historia), pero se ha dejado manipular por ser tan caballeroso (yo diría sumiso) con las mujeres.

En efecto, la gran mayoría de logros científicos y tecnológicos de la humanidad han sido logrados por el género masculino (logros que han servido por igual a las mujeres, sin que el hombre vaya por la vida jactándose de ello. Como el motor de cuatro tiempos, que mueve las camionetas que manejan ellas para llegar a sus cómodos trabajos de oficina. Trabajos en los que, precisamente gracias a la tecnología, ya no es necesario el uso de la fuerza, sino la comunicación y la habilidad interpersonal, características eminentemente femeninas). Las más bellas piezas de arte, los más grandes prodigios de la arquitectura, los sucesos históricos más importantes, han sido logrados por hombres. Incluso las leyes que (sobre) protegen a las mujeres han sido votadas mayoritariamente por hombres.

A pesar de todo lo anterior, los hombres no andan pregonando sus valores ni haciendo campañas de revalorización masculina, muy diferente a lo que hace el feminismo, que no se cansa de repetirnos las capacidades femeninas, como aquello de que la mujer nos da la vida; lo que, siendo objetivos, es algo apenas normal, por natural. Cualquier hembra de cualquier especie animal puede dar a luz. Pero, en virtud de esto, el feminismo nos hace creer que la mujer está en otra categoría de ser humano, ya que ha sido tocada por los dioses (ah, y diosas, perdón feministas) para poder dar la vida a las personas.

Por supuesto, una mujer embarazada puede sentirse especial por llevar a un bebé en sus entrañas. Puede, efectivamente, creerse bendecida por su embarazo. Incluso, su compañero también puede pensar lo mismo de ella. Es su legítimo derecho. Lo que no se vale, es andar argumentando una característica biológica intrínseca como un argumento contra el otro sexo. Porque si es así, la mujer también debería admirar las capacidades biológicas del hombre, algo que casi nunca ocurre. El mundo no ha conocido a ninguna mujer que admire la fuerza masculina. Pero, es entendible: no necesitan hacerlo para ser aceptadas por nosotros. En cambio, nosotros sí que estamos obligados a reconocer constantemente las capacidades femeninas, a levantarles monumentos y leyes para no ser tachados de "machistas".

Así las cosas, tenemos dos opciones: o termina esta propaganda feminista y llevamos la fiesta en paz, o nosotros también lanzaremos una frase masculina (de las que también hay bastantes; que no estén tan difundidas, es otra cosa, pero de que sobran, sobran) cada que escuchemos una feminista, a ver cómo terminamos todos.

El feminismo inició esta "guerra de los sexos". Es por ello que el feminismo debe desaparecer. Feminismo, lacra social.

NEO: La inteligencia artificial.
MORPHEUS: Una singular conciencia que generó toda una raza de máquinas.
No sabemos quién atacó primero, si nosotros o ellas. Pero sí sabemos que nosotros obscurecimos el cielo. En aquella época, dependían de la energía solar. Y se creía que no podrían sobrevivir sin una fuente de energía tan abundante como el sol.
A lo largo de nuestra historia hemos dependido de las máquinas para sobrevivir.
El destino, al parecer, no está carente de cierta ironía...

THE MATRIX

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo, estando de acuerdo con todo lo anterior, soy la clase de hombre al que no le molesta ser cablleroso con una mujer, exaltar sus virtudes, darle todo mi amor etc... Pero claro, cuando empiezan a utilizar eso en la contra nuestra, y nos quieren meter la idea en la cabeza de que pueden hasta ser líderes (o liderezas) nuestros, sí siento una falta de reciprocidad. Eso es justamente lo que el feminismo hace...

Anónimo dijo...

Las feministas como de costumbre no saben qué más tergiversar con tal de justificar su supremacismo femenino. Lo de la gestación como excusa es un muy buen ejemplo de ello: no es más que una tarea pasiva, consiste en no hacer nada. Ninguna mujer puede "crear" vida, pues la gestación no consiste más que ejercer de incubadoras. Una ocupación digna y necesaria pero que no me intenten comparar eso con los mil y un esfuerzos que un hombre tiene que pasar para encontrar pareja (mientras ellas lo único que hacen es ponerse a tiro y elegir), con el hecho de que son él y sus espermatozoides los que hacen todo el esfuerzo activo de "crear" al bebé, o el hecho de que todo hombre estudia y trabaja durante toda su vida para mantener a sus futuros o presentes hijos.

Las guste o no admitirlo, tener un hijo es cosa de dos, ni uno menos, e incluso en el ámbito de la reproducción el papel del varón es demasiado grande como para no ser tenido en cuenta.

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