Columna Exclusivo para hombres, de Yazmín Alessandrini.
Dicen que el amor es ciego, pero mejor es darse cuenta que ciego es aquel hombre que sin mesura cumple cualquier deseo o aspiración que la fémina en turno le solicite.
Todo con el afán de conservar el "cariño" y "amor" que estas interesadas mujeres hacen parecer real, al grado de quedar en ventajosa posición dentro de una empresa por el simple hecho de ser esposa, novia, amante, querida, detalle, affaire, del cegado empresario, que sin medir las consecuencias pone en absoluto riesgo el funcionamiento de su negocio y su mismo puesto si el susodicho goza de alguna jefatura a nivel directivo.
Profundizando en poco más en este tema, podríamos opinar que la disposición y el anhelo de estas féminas por ocupar cargos de decisión se hace por demás patente, si no fuese así lo harían saber a la menor insinuación de su pareja. Algunas pensarían más de cinco veces para aceptar una responsabilidad la cual requiere de mucha experiencia y preparación, herramientas con las que no cualquier mujer cuenta para poder subir al ring de los negocios.
Pero no todo es echar a perder y poner en riesgo una empresa, seguramente cuando eso suceda ya habrá una gran lista de empleados despedidos por no acatar o cumplir los caprichos de estas primeras damas empresariales quienes en base en intrigas se encargarán también de deshacer cualquier lazo de amistad por muy importante que este sea, todo con la finalidad de no permitir que su marido distraiga su atención enfocada en ella. Y por cierto, ¡ay de aquellas asistentes o secretarias que sean detectadas como posibles "detallitos" del marido!, porque de ser así, lo más seguro es que ella les hará la vida imposible.
Este tipo de celos, muchas veces las lleva a solicitar a su pareja que les permita acompañarlo y colaborar al frente del negocio, sin que este se imagine que atrás de este asomo de solidaridad se encuentre una mujer posesiva, insegura y con un alto grado de celos, esta fémina lleva en su interior la finalidad de bloquear cualquier situación que comprometa su estado de confort y sobre todo no dejar al alcance de otra u otras mujeres a su jugoso y próspero Romeo, quien seguramente es asediado por más de una colaboradora, generando fricciones y falta de comunicación, dando por resultado la baja productividad y la caída en picada de la empresa.
Así que, chicos, no mezclen el trabajo con el romance si no quieren un triste final para su patrimonio y relación.
La primera dama de la empresa
Publicado por Morpheus en:
miércoles, noviembre 25, 2009
Etiquetas:
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