Columna Exclusivo para hombres, de Yazmín Alessandrini, 27 de mayo de 2009.
En este artículo le daremos vuelta al círculo vicioso del comportamiento interpersonal de pareja, ¿cómo es esto?, muy sencillo y es casi seguro que alguno o muchos de ustedes, mis estimados lectores, han caído infinidad de veces en el juego de llevar la corriente o hacer que ellas sientan que se han salido con la suya, sin pensar que ellas, muy probablemente, estén ejecutando la misma estrategia.
¿Qué factores son los que llevan tanto al hombre como a la mujer en comportamientos tan hechos y conocidos por ambas partes? Los siguientes son vivos ejemplos del tema a deshebrar y si hay algún parecido con su vida de pareja, será meramente pura coincidencia.
Suena el teléfono celular...
EL: Hola mi amor (¿ahora qué quiere?)
ELLA: ¿Qué pasa mi vida, cómo estás? (¡qué fregados estás haciendo!)
-Bien, mi cielo, ¿qué se te ofrece? (¡Trabajando, mensa, qué demonios quieres!)
-Sólo quiero saber si vas a llegar temprano... Te extraño. (Quiero asegurarme de que no te vayas de loco y de borracho).
-Todavía no se, mi vida, tengo carga de trabajo. (Cómo jodes, no estaría mal tirarme unos tragos para que se te quite lo metiche).
-Bueno gordito, te llamo más tarde para ver si te espero o me duermo. (Hasta crees que me vas a hacer taruga; ahora a ver como le hago, pero de que llegas temprano, llegas).
Y de esta manera una simple llamada telefónica se convertirá en el cuento de nunca acabar, donde la verdad y la honestidad han pasado a segundo término, y todo esto producto del mal necesario de darle vueltas al asunto. Total, si ella no confía en usted, tan fácil como decírselo en la cara; y si usted desea o tiene ganas de echar ficha (jugar dominó) o simplemente administrarse un poco de vodka, dígalo con sinceridad y termine con el juego de las sillas, donde el que pierde se dará un sentón. Créanlo o no, chicos, nunca es tarde para aplicar la verdad en cada palabra que dirigen a su pareja, los resultados... una de dos, o se rehabilita la relación o se termina quedando al descubierto una relación sustentada en juegos y mentira de muy bajo nivel, casi de niños de primaria.
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